Date: viernes, 9 de marzo de 2012 @ 12:53 a. m. comment? (1)


» Un hombre encuentra una rosa en el piso.
Piensa: ‘¡Qué hermosa Flor!’.
La recoge con delicadeza, y la guarda en su regazo.
La pone en un vaso de agua. Todos los días cuando amanecía, se fijaba si la rosa estaba bien.
Si no se había ahogado en el agua que le había dado.
O si era muy poco.
Cuidaba a la rosa como si la amara. Aún sin él mismo saber porqué.
Un día, de tanto observarla, descubre que tiene una espina.
Otro día, le descubre otra.
Y así durante varios días.
El hombre se pregunta: ‘¿Porqué no las vi antes? ¿Porqué no me lastimaron cuando la recogí?’
Tomó una tijera, e intentó quitárselas.
Pero a la primera espina que le quitó, y vio como la savia sangraba con énfasis,
Se espantó, y dejó de hacerlo.
¡Lastimó a la Rosa, por primera vez en tantos días!
¿Pero porqué? Si lo que menos quería era hacerle daño…
La herida en la Rosa se secó.
Y desde aquel entonces, el Hombre se dijo a si mismo,
Que no importaba que aquella hermosa Flor tuviese espinas.
Aunque tuviera que cortarse cada vez que le cambiara el vaso de agua,
Aunque tuviera que cortarse solo con la mirada, con ver lo filosas que eran,
Lo soportaría.
Por que era la Flor más bella de todas.

...


» Y la Rosa. ¿Qué pasaba dentro de la rosa?
Desde el primer día que aquel hombre la recogió del piso,
Aún sabiendo que había flores mucho más lindas que ella,
Y que podía cortarlas de un ostentoso jardín,
Y no de una impúdica calle,
Valoró y llevó entre su néctar cada movimiento, cada acción del hombre.
Desde que le dio de beber
Desde que amanecía y la ponía al sol.
Desde que cada día hacía lo posible para que siguiera existiendo.
Pero un día, el Hombre se percató de sus espinas.
E intentó cortárselas.
La Rosa, desconsolada y desabrida
Se preguntó: ‘¿Porqué quiere cortarme una parte de mí?
¿Porqué le aborrece esa parte de mi cuerpo?’
Y sangró. Cuando le cortó una de sus espinas,
Sangró.
Su licor, su esencia.
Entonces, vio al Hombre arrepentido, intentando hacer
Que su herida cerrara. Lloraba, se lo veía desesperado.
Y la Rosa entendió, que el vínculo entre ellos, era único.
El hombre era incapaz de ver el dolor en ella.
Aún así, hizo todo lo posible por cuidarla.
No importaba cuántas veces se cortara con sus espinas.
El hombre seguía a su lado.
Y así, la Rosa entendió.
Que el sentimiento más maravilloso del mundo,
El que se sentían mutuamente,
Iba a doler. Iban a sufrir por ser tan diferentes.
Pero nada más los separaría.
La Rosa haría lo posible por no lastimarlo con sus espinas.
Y el Hombre haría lo posible por no cortarse con ellas.